Italia tiene algo que te atrapa… y esta aventura no fue la excepción. En esta ocasión decidimos recorrer varias zonas del norte y centro del país combinando coche de alquiler y tren, lo cual resultó ser una forma muy cómoda y económica de movernos.
🚗 Milán y Lago di Como: primeras sensaciones de ensueño
Nada más aterrizar, recogimos el coche de alquiler y pusimos rumbo a Milán, donde dimos nuestro primer paseo urbano antes de continuar hacia uno de los rincones más bonitos de toda Italia: el Lago di Como.
Dormimos en Nesso, un pequeño pueblo con mucho encanto, perfecto para desconectar del mundo. Al día siguiente visitamos Bellagio, Menaggio y, nuestra favorita sin duda, Barena. Desde allí, las vistas del lago y los pueblos que lo rodean eran absolutamente mágicas. Barena nos robó el corazón.
Finalizamos la jornada en Como, disfrutando de su puerto, su centro histórico y ese aire elegante que la caracteriza.
🚆 De coche a tren: rumbo a Génova
Tras la experiencia con el coche, optamos por seguir en tren, y fue todo un acierto. Italia cuenta con una red ferroviaria muy eficiente y económica. El trayecto de Milán a Génova fue rápido y cómodo.
Allí exploramos su centro y puerto, empapándonos de la esencia de esta ciudad marítima antes de pasar la noche.
🌊 Levanto y Cinque Terre: el color de Italia
Nuestra siguiente parada fue el acogedor pueblo costero de Levanto, donde nos hospedamos con Favio, un anfitrión de 10. Su casa era prácticamente un hotel boutique, y siempre tenía a mano café, fruta, agua fresca y recomendaciones locales.
Gracias a él probamos unas pizzas que resultaron ser campeonas de Europa (¡y repetimos dos veces!).
Desde Levanto exploramos la mágica Cinque Terre. Cada uno de sus cinco pueblos (Monterosso, Vernazza, Corniglia, Manarola y Riomaggiore) nos sorprendió con su personalidad, color y sabor. Las rutas de senderismo, los zumos naturales y el tren que los une fueron parte de la experiencia.
🏛️ Pisa, Florencia y Roma: historia viva en cada paso
De camino a Florencia, hicimos una parada fugaz en Pisa, suficiente para visitar su famosa torre y el recinto monumental.
En Florencia pasamos dos noches que nos supieron a poco. La ciudad nos fascinó con su historia, sus calles llenas de arte y su deliciosa gastronomía. Sin duda, una de nuestras favoritas y una de esas ciudades que recomendaríamos a todo el mundo.
Y como broche final: Roma. Aunque solo pasamos una noche y día y medio, nos dio tiempo de recorrer lo esencial del centro histórico. A pesar del calor sofocante, seguimos maravillándonos con cada rincón de la capital italiana.
✨ Un viaje que mezcla lo clásico con lo auténtico
Moverse por Italia en tren fue, sin duda, una de las mejores decisiones del viaje. Combinado con alguna etapa en coche, nos permitió disfrutar tanto de la libertad de explorar pueblos perdidos, como de la comodidad de llegar rápido a las grandes ciudades.
Si estás pensando en recorrer Italia… no lo dudes: alquila, viaja en tren, explora sin prisa y déjate enamorar. Porque Italia no solo se visita, se vive.